Hay varios escritos sobre el Cid, pero destaca el llamado
Cantar de Mio Cid (se nota que no es un Poema sino un Cantar, ya que se toma
como letra de una canción y no como texto de un poema).
El Cantar del Cid, es una canción recitada por los
juglares de aquellos tiempos medievales. El manuscrito del Mio Cid, al igual
que su "primo" de La Chanson de Roland, no es de gran belleza y
contiene varias faltas, algunas corregidas, esto es debido a una finalidad de
uso por parte de los juglares y no para más altos menesteres.
Este cantar de gesta, narra los hechos finales de la vida
de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (1043-1099), caballero de la corte
de Sancho II de Castilla y Alfonso VI de Castilla y León, recurriendo en
ocasiones a la ficción para resaltar ciertos aspectos del carácter heroico del
protagonista: su lealtad al rey, a pesar de que éste lo condena al destierro;
su fe en Dios; su piedad; su amor por la familia y por la justicia, su valentía
en la batalla. Había un importante escritor que decía que este poema tenía un
estilo "tierno, frágil, vívido, humanísimo y matizado".
Cantar
primero: El destierro. El Cid es acusado por algunos envidiosos
de haberse guardado parte de los tributos de los reyes moros de Andalucía, es
desterrado por el rey Alfonso.
Martín Antolinez le da refugio y abastece a los huéspedes
del Cid.
Cantar
segundo: Las bodas de las hijas del Cid. El Cid marcha sobre
Valencia y conquista Jérica, En venganza los infantes maltratan a sus
esposas y las dejan en el robledal de Corpes abandonadas
El Cid conquista Valencia, envía a Minaya con cien
caballos para el rey y solicita dejar a Doña Jimena y a sus hijas que acompañen.
El rey y el Cid se encuentran a la orilla del río tajón y
se reconcilian. En valencia se celebran las bodas de las hijas del Cid
Campeador.
Cantar
Tercero: La afrenta de Corpes. Los infantes de Carrión dan
muestra de cobardía frente a los guerreros del Cid.
Los infantes piden al Cid dejar que lleven a sus esposas
a Carrión para enseñarles sus heredades.
Los infantes devuelven el dinero y
las espadas al Cid. Llegan dos mensajeros pidiendo las manos de las hijas del
Cid para los infantes de Navarra y de Aragón. Al principio
del libro existe
traición, ya que
ya que algunos
por envidia, al Cid lo traicionan, y lo culpan de algo que él no hizo.
También podemos apreciar
que en el cantar
de la afrenta
también hay traición ,
ya que los
infantes de carrion
traicionan al Cid
dejando a sus
hijas en el robledal de corpes
semi desnudas y a expensas de los animales salvajes .
El libro es muy interesante, aunque al principio se toma
un poco aburrido, pero en el transcurso de la obra va mejorando y va
evolucionando.
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